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jueves, 16 de noviembre de 2017

SANGRE FRÍA

Sangre fría

-Prólogo-

   En una parte del mundo, ahora mismo, hay alguien con una taza de café en sus labios, leyendo el periódico las trágicas historias. En algún universo alterno, éste triste suceso, no habría tenido lugar.

   Diane salió de casa a escondidas para encontrarse con el que era el amor de su vida. Caminó por la oscura calle, hasta llegar al callejón donde se encontró con él. Él se encontraba ahí, parado, mirando el móvil.

-Hola. - dijo Diane con una amplia sonrisa. Él le devolvió la sonrisa. Suspiró mirándola y acto seguido volvió a sonreírla.

-Vamos, cariño. - la cogió de la cintura y la llevó a su casa. En su casa promulgaron la lujuria. Se amaban, se hacían el amor y practicaron sus deseadas fantasías. En ese momento, él estaba sobre ella, ambos, jadeaban excitados.

- ¿Me dejas acabar bien ésta velada? - preguntó él entre jadeos. Diane asintió y pensó que iba a acabar bien aquella velada… Él sacó un cuchillo de un cajón. Diane gritó y el resto… Es historia.


-Capitulo 1-

   “Hoy se ha cerrado el caso de Diane Matthews. Hace ya 6 meses de su asesinato. Su cuerpo se encontró con el cuerpo de su agresor”- anunció la televisión.

   Y ahí estaba Eliot, nuestro protagonista, desayunando un bol de cereales con zumo, podría a llegar a resultarte asqueroso, y lo es, lo que pasa es que Eliot llevaba tomando ese desayuno desde que era un simple y malcriado crío, y aun teniendo 16 seguía tomando ese desayuno. Martha, la madre de Eliot, se asomó por la puerta del salón.

-Cariño, ¿cómo has dormido? - preguntó la madre. Martha parecía preocupada y nerviosa. Tenía ojeras, y los ojos hinchados, como si hubiera llorado toda la noche, no muy alejado de la cruda realidad.

- ¿Estás bien, mamá? ¿Qué ha pasado? - se preocupó el niño, no tan niño. Entonces, Martha se aclaró la voz y comenzó a explicarle que le había ocurrido.

-Cariño…- comenzó a explicarle la madre. - ¿Te acuerdas que hace 7 meses que tu padre se fue sin dejar rastro? - la voz le temblaba, la voz se le iba causándole pequeños y leves gallos. Eliot asintió asustado, se temía lo peor. - Pues, bueno, él ayer me llamó, - prosiguió con la voz temblorosa. -y dijo que iba a venir… Y no me pude negar. - estalló en lágrimas. Eliot miró a su madre e inevitablemente la miró con una leve decepción. Aun ella no le había plantado cara, aunque realmente no le culpaba, el padre de Eliot no era un tipo precisamente pacifico. - ¡Eliot! Ya sabes cómo es… Y como se pone. Tenía miedo. -Eliot abrazó a su madre con fuerza, protegiéndola. Ahora no era momento de flaquear o echar culpas, debía aliarse con su madre para derrocar a un enemigo común. Su padre.

3 comentarios:

  1. Un texto estupendo inteligente y ameno, continúa así, tienes un don.

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  2. Continua así, tienes un don, la lectura es inteligente y amena.

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  3. Me encanta eres brillante, la lectura es amena e inteligente. Sigue así..

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